El PSOE, el PP y sus miembros masones
“La masonería es un poder enorme: está en la banca, en la prensa y en la política”, asegura Ricardo de la Cierva, que acaba de publicar
“La masonería es un poder enorme: está en la banca, en la prensa y en la política”, asegura Ricardo de la Cierva, que acaba de publicar ZP, tres años de gobierno masónico (Editorial Fénix), un libro que si bien se basa en los artículos que el autor realizó para la revista Época, quiere reparar especialmente en la filiación masónica del gobierno. Que cuenta, según de la Cierva y rebajando previsiones iniciales, con 6 ó 7 masones. La más destacada, la vicepresidenta. “He hablado con altos dignatarios de la Gran Logia de España, con Grados 33 españoles, europeos y americanos, y el nombre de María Teresa Fernández de la Vega siempre sale dando por segura su pertenencia”.
Pero la presencia de masones no es exclusiva del partido en el Gobierno. Para De la Cierva, “la diferencia de nuestro tiempo con el de la República es que, en aquel entonces, sólo había masones en la izquierda mientras que ahora los hay en los dos principales partidos. Hay bastantes masones en el PP”. Sin embargo, el historiador quiere resaltar el hecho de que “ser masón es legal, no tiene trascendencia jurídica ni penal y además tenemos todo el derecho a pertenecer al colectivo que queramos. Eso sí, deberíamos saber quiénes son, porque políticamente es importante”.
Y es que el propósito último de la masonería no es “esa definición gaseosa y fantástica, según la cual buscan una sociedad benéfica al servicio del bien común, sino que su objetivo es la extensión suprema de la secularización social, arrancar a la iglesia y la religión de la sociedad. Como aseguró León XIII, la masonería es una continuación de las enseñanzas gnósticas antiguas, una especie de síntesis entre la ilustración y el paganismo”.
Y eso es políticamente relevante para Ricardo de la Cierva, toda vez que “si una persona pertenece a esa orden o secta, o como se la quiera llamar, y está fomentando ese sincretismo entre lo pagano y lo cristiano, estoy en mi derecho de saberlo”. El asunto más evidente “es que en el Gobierno actual, personas que tienen esa clase de creencias están intentando orientar la educación, con la famosa educación para la ciudadanía, lo que me parece aberrante. No quiero que mis nietos se eduquen en la idea que imponga esa asignatura”.
Otro asunto en el que se notaría la tendencia masónica sería en esa concepción territorial débil del Estado, toda vez que “la masonería ha sido siempre hostil a la idea de España. No ha sido contraria a otros países, porque apoyó intensamente al imperio británico, pero sí ha sido muy hostil con España, resultando la causa fundamental de la pérdida de nuestra presencia en América”. La explicación de esa animadversión histórica radica en que “España ha fomentado siempre una concepción cristiana de la vida pública”.
Las fuentes de Ricardo de la Cierva para poder dan cuenta de cómo piensa esta sociedad secreta y de cuáles son sus intenciones reales parten de una relación larga con la masonería. “Me han visitado y he conversado con numerosos masones, incluso me han pedido altos dignatarios que ingresara en ella, quizá porque saben que en mi familia hay tradición masónica clara. Mi abuelo estuvo en la masonería durante mucho tiempo, fue miembro de la logia vigilancia de Murcia. Y es que muchos liberales del siglo XIX, como era mi abuelo, pertenecieron a alguna logia. Los liberales radicales, todos; pero también algunos liberales conservadores, como era su caso”. Y quizá por esa tradición familiar, “muchos miembros de la masonería han pasado por mi casa. Ahora bien, nunca aceptaré el ofrecimiento de ingresar en la masonería porque me considero católico por encima de todo”.
Fruto de ese conocimiento cercano, puede asegurar que “existe una masonería ultrasecreta, con logias encubiertas y selectas, que tienen un poder enorme”. Y su candidato para los próximas elecciones es Zapatero: “Sus amigos masones le van